Aplaudimos la valerosa actuación del Canciller Francisco Carrión, en relación a los últimos acontecimientos ocurridos en la ya consabida peligrosa frontera con Colombia. Debido a las "accidentales" incursiones del ejército del vecino país, según su presidente Álvaro Uribe, las tensiones entre los dos países han aumentado considerablemente, y hacemos votos para que esto no prospere y se solucione mediante la vía de los verdaderos seres humanos: el diálogo.
Ahora vemos en realidad las verdaderas dimensiones que puede acarrear el conflicto colombiano. Una guerra que ha acabado con muchas vidas inocentes durante casi medio siglo, y que sin decisión, o tal vez miedo o sabrá Dios qué razón, ningún presidente del país del norte ha podido soucionar. Aquí cabe también aplaudir la labor del Sr. Uribe, en torno a sus esfuerzas por acabar con este conflicto, pero de ninguna manera Justo Empate puede aceptar que se diga que guerrilleros parten del Ecuador. Puede que sí como también que no, pero creo que en ese contexto se exageró un poco en torno a su situación.
Mapa del deapartamento del Putumayo, en el sur de Colombia, al norte de Ecaudor, zona de los últimos acontecimientos. Imagen tomada de www.disaster-info.net/desplazados/informes/gtd/jul2001/mapa2.gif
De cualquier modo, y más allá que la frontera esté en alerta por el momento, debemos tener en cuenta un punto muy importante en ese sentido: el conflicto es COLOMBIANO, de nadie más. Podemos colaborar dialogando, desmantelando células guerrilleras en nuestro territorio, y cosas por el estilo, pero bajo ningún concepto hay que tomar partido en la situación. No salimos de una situación polémica (el conflicto de toda la vida con Perú) para incursionar en otra, que obviamente es muy distinta, pero debemos mantener una distancia prudencial.
¿Será acaso que veremos algún día paz en nuestro hermano país? Tampoco podemos generalizar y hablar que todos los colombianos son iguales. Los colombianos han colaborado mucho en varios aspectos y facetas, y debemos agradecerles por su ayuda. Es más, rendirles su homenaje y reconocimiento merecido. Esperamos que todo esto acabe pronto para el sufrido pueblo colombiano, y que Dios bendiga a nuestros casi compatriotas. Tenemos la misma bandera, las mismas costumbres, y coincidimos en muchas cosas, así que quiénes más que los ecuatorianos para desearles lo mejor a ellos.
Y autoridades cuidado y volvemos a escuchar y sentir vientos de problemas graves en nuestra frontera. El conflicto no puede pasar más allá del río San Miguel, dialoguemos y encontremos la solución más efectiva. De ustedes depende no enfrascarnos en más inconvenientes.
¡Abajo los mentirosos!
Justo Emapte
Febrero 12/2006
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