Las lecciones del 20 de abril

Hace un año exactamente nuestro país vivió una de sus últimas transformaciones políticas: el 20 de abril del 2005, en la rebelión de los "Forajidos", el Coronel Lucio Gutiérrez dejó el poder, tras varios días de protesta ciudadana y varios intentos fallidos por parte de aquel Gobierno de "apaciguar la situación", cosa que nunca sucedió.

Fue un Gobierno en cierta forma irregular, porque siempre había de "dónde agarrarse" a la hora d poder expresar una opinión contraria al Gobierno. Y no es que se lo hacía por impulso o deseo: siempre había algo desastroso que opacba la poca o nula buena imagen del "Sr. Presidente". Los Forajidos, en este caso enseñaron muchas cosas durante su revuelta. Y dada la importancia que tuvo para la población este episodio es bueno hacer un recuerdo de las lecciones más imporantes de aquel cívico día.

Debemos ser concientes que de ahora en adelante no podemos mantenernos al margen de la situación política del país. Hay que ser más activos, más prticipantes. Por eso siempre el centralismo "nos pisa el poncho" y nos ven la cara de cojudos. Vale el término, por si acaso. Si somos más participativos, nunca nos volverán a tomar el pelo. Lección uno: Estar alerta.

El cacerolazo. Testigo sonante de aquellos días de abril. La única arma de los llamados "Forajidos". Pensar que algunos murieron. Pero a pesar de todo valió la pena. Ahora viene lo más importante: impedir que todos los mentirosos y desubicados vuelvan al poder.

Ser más expresivos y darnos cuenta a tiempo de la acciones de cada funcionario. De no cometer locuras como enviar primos no preparados a representarnos en organismos internaionales importantes, poner maníacos al frente de subsecretarías, exponer la vida íntima ante los ojos de la población, vender su imagen de "pobrecito" cuando sólo le pasó mintiendo al país. Sí señor Gutiérrez, a usted y su accionar me refiero. Lección dos: Ser cautos.

Ejemple de desorganización y de injusticia, además de falta de inteligencia: Bolívar Gónzalez, tristemente célebre por su accionar en la Subsecretaría de Bienestar Social, financista de las "contramarchas" asesinas en Quito. Hoy prófugo de la justicia.

Que el pueblo se haya manifestado es una clara muestra de que no queremos más desorganización, npotismo, que despreciamos la mentira y el engaño, como lo que le hicieron a Guayaquil, en cuanto al tema seguridad, y que motivó en la llamada "Marcha Blanca" de la que más de medio Guayaquil tomó parte activa o pasiva, pero estuvieron de acuerdo. Esta lección en cambio la aprendió el ex-Gobierno, y motivo de reflexión para todos los que vendrám: nadie le toma el pelo a Guayaquil. Eso sí, sin ser regionalistas. Esto es sobre ser arragaidos a las raíces propias del pueblo. Como dijo Abraham Lincoln alguna vez: "Puedes engañar a mucha gente mucho tiempo, engañar a todos por un tiempo, pero nunca a todos todo el tiempo. Les quedó claro a esos prófugos, políticos mentirosos, banqueros corruptos, ex-presidentes, y ex-ministros. Y se quieren lanzar algunos para la Presidencia este año. Dios nos ampare.

Tal vez esta va a ser la lección más importante de todas. Y por ahí viene el momento de reflexionar, dado el hecho de que se acercan las elecciones: Hay que saber elegir. Debemos tener un poquito más de conciencia a la elegir soberanos. No entregarle el país al más guapo o al que habla más bonito. Tampoco al que destruye o al que tiene las manos manchadas, la mente corrupta, y falta de integridad y de palabra. El próximo Presidente debe ser alguien centrado, con propuestas coherentes, inteligentes, mas no exorbitantes y desubicadas. hay que hacer conciencia: de eso depende el futuro del país, no de los políticos, sino de que nosotros sepamos elgeir con responsabilidad.

Lucio Gutiérrez. "Cambio al país o muero en el intento" fue su lema. Lamentable. Salió corriendo del Palacio para no enfrentar la situación. ¿Se lo tomamos como promesa no cumplida? Vergüenza nacional. (Foto tomada de www.dzarchive.com)

Ahora debemos mirar al futuro. la institucionalidad se está reuperando. A veces es mejor tener una imperfecta que ninguna y destrozada. Tal vez el Dr. Palacio también se ha equivocado mucho (no ha cumplido con "refundar la República"), el Congreso está en decadencia (por cierto arbitrariamente sacaron a Gutiérrez bajo "abandono del cargo" ¿?), y todo lo demás, pero que quede claro que lo del 20 de abril no fue una revuelta más. Es una alerta también para la clase polítca: el pueblo no aguanta más y lo saben muy bien. Pero solo a nosotros nos compete el cambio del país. Y sólo nosotros morimos en el intento. No necesitamos que nos traten como marionetas.

Abajo los mentirosos!

Justo Empate

Abril 21 del 2005